Profesor

El PP cacereño presume de haber presentado una lista electoral sin cuneros, algo desconocido desde hace años. Y lo hace con justicia, pues sus esfuerzos les ha costado, lo que pone de manifiesto, si no su autonomía total, sí un alto grado de comprensión de su proyecto por parte de la dirección nacional. No obstante, algún sapo se han tragado, pues todo indica que la presencia de González del Valle, separada de la dirección del partido no hace mucho, se debe a una imposición directa de la señora de la Moncloa. Una lista que incluye representantes de la provincia, sin ningún capitalino, debido quizás a la excesiva presencia de cacereños en cargos provinciales, regionales, diputación, etcétera. Esto ha dado lugar a unas palabras poco amables de Saponi, tan poco dado a tales excesos, que no deben proceder de la frustración, pues si él no está en la lista se debe a su opción personal, puesto que el partido le hubiera puesto en el lugar que él hubiera indicado y no han existido desencuentros notorios. Al parecer, la imposibilidad de compaginar ambas tareas y el verse obligado a dejar el ayuntamiento le ha hecho optar por la alcaldía y renunciar a un escaño. Sin embargo, la lista de Badajoz presenta otra cara no tan amable. El recorrido histórico de los acontecimientos nos conduce a pensar que a la presidencia regional le han echado un pulso y se lo han ganado. Porque Acedo sabía que la dirección nacional no aceptaría su lista, pero les ha querido demostrar que en Badajoz manda quien manda, por mucho que la actual dirección presente la lista que quiera, pues él tiene el poder de cambiarla. Y si, como se ha filtrado, existía un pacto previo con Celdrán, las cosas pintan muy mal para los actuales dirigentes populares. Porque, se diga lo que se quiera, en la provincia de Badajoz existe el convencimiento de que solamente un pacense puede optar con ciertas garantías a la presidencia de la Junta debido a que sus votos son decisivos al ser muchos más y quien no resulte conocido en Badajoz no tiene nada que hacer. Y esto sirve tanto para el PP como para el PSOE, aunque públicamente lo nieguen. Como todos los movimientos que se hagan en estos momentos hay que verlos en clave de futuro, no tiene nada de extraño que esto sea un aviso de lo que puede pasar cuando se tengan probabilidades de vencer al PSOE sin Ibarra. Porque estando Ibarra parece más conveniente resguardarse y dejarle el fracaso a otros. Por mucha división aparente que exista en estos momentos en la provincia pacense, pronto habrá una reunificación, pues la necesidad hace virtud y se necesitan entre ellos y en la provincia de Cáceres hay fundadas sospechas de que más de una ciudad importante puede votar contra la actual dirección. Y hay un dato que complica más la situación, pues, según rumores, el verdadero hombre de Rajoy en Extremadura es Rafael Mateos. El eslogan está muy claro: "Hay alcaldes que ganan elecciones y candidatos a la Junta que las pierden". Sacad las consecuencias.