Los últimos años, las Humanidades se han convertido en el chivo expiatorio del fracaso del modelo educativo español que, lejos de mejorar, se hunde cada vez más con la nueva reforma del Gobierno. Si hace unos años fue la Filosofía la asignatura asesinada, ahora toca sacrificar a la Literatura Universal. El sistema educativo que concibe el Gobierno se basa en convertir la educación en una especie de cadena de montaje en el que entren estudiantes y salgan cuerpos técnicos para llevar a cabo profesiones mecánicas que no requieran de un pensamiento crítico y reflexivo. Me atrevería a decir que han sacado del plan de estudios del bachillerato la asignatura de Literatura universal porque no podían quitar la Literatura española y cooficial según la comunidad autónoma porque van junto al aprendizaje de la lengua misma. Como asignatura optativa de segundo de bachillerato de Humanidades, la mayor parte de los jóvenes salen del instituto sin cursarla. ¿Nos hemos parado a pensar que hay personas a las que quizá ni les suenen nombres como Oscar Wilde, Flaubert, Proust, Kafka o Alejandro Dumas, entre otros? Puede que lo siguiente sea quitar Historia, Latín, Historia del Arte..., y centrarnos en las asignaturas que tienen más salidas laborales, concepción que parece que vuelve a inundar el modelo educativo en nuestro país. No dejemos que nos quiten lo más enriquecedor que puede tener el aprendizaje humano, la cultura.