WLwa Junta de Extremadura, el Ministerio de Fomento y Renfe suscribieron ayer en Mérida un convenio por el cual en los próximos cinco años se van a invertir en el ferrocarril convencional de la región 176 millones de euros (300.000 millones de pesetas), de los que alrededor de 100 millones correrán a cargo del Estado y el resto de la Administración autonómica. El convenio es la concreción de lo que en materia del tren, a excepción del AVE, está incluido en el Plan Extremadura , según informaron a finales de agosto Rodríguez Zapatero y Rodríguez Ibarra .

Con ocasión de aquel anuncio del presidente del Gobierno, este periódico ya destacó que una de las promesas más justificadas recogidas en dicho plan era la relativa al impulso del tren convencional, porque de llevarlo a cabo se empezaría a poner fin a uno de los déficits históricos de la región. Extremadura lleva años clamando en el desierto --Ibarra recordó ayer que ese plan no fue suscrito por el gobierno de Aznar , a pesar de estar elaborado-- y reivindicando unas líneas férreas y unos trenes homologables al resto de los que circulan por España. Pues bien, la reunión de ayer en la capital autónomica y la firma por parte de las dos administraciones y de la empresa pública del ferrocarril de un acuerdo como el anunciado es un paso que avanza en esa dirección.

Importante es también que el acuerdo contempla un calendario de actuaciones preciso y razonable y de que junto a la mejora de las vías y de las condiciones de seguridad en que se presta el servicio --y en este sentido, cabe destacar la supresión de un tercio de los pasos a nivel--, los primeros frutos de lo firmado ayer lo pueden comprobar los extremeños ya en los próximos meses. Así, los nuevos horarios y los seis nuevos trenes prometidos --ahora, por ejemplo, el talgo a Madrid es el peor y más lento de cuantos tiene Renfe--, que se afirma que entrarán en servicio antes de que concluya el año, significarán, por sí mismos, un salto de calidad desconocido por estos pagos.

Siempre se ha dicho que el tren es un formidable factor de cohesión territorial. En este sentido, es difícil no estar de acuerdo con la calificación de estratégicas de las cuatro líneas regionales sobre las que se van a mejorar las vías y los pasos a nivel, además de disminuir el tiempo de viaje, hasta conseguir una situación de competencia entre el tren y el transporte por carretera. Además, cuando dentro de cinco años estén concluidas las actuaciones previstas en el convenio suscrito ayer, Mérida, que es una de las ciudades más beneficiadas por el mismo, habrá acentuado su carácter de nudo de comunicaciones dentro de la región.

La ministra de Fomento, Magdalena Alvarez , dio también otra buena noticia: el adelanto en dos años de la autovía entre Cáceres y Trujillo, que según los nuevos planes concluirá en 2008, casi al mismo tiempo que la Autovía de la Plata. Días como el de ayer son los que necesita Extremadura.