TEtn el año 1946, el doctor A. Vallejo Nájera, sacó un libro muy interesante que llevaba por título el del encabezamiento de esta gacetilla, que con trescientas páginas y nombre a nombre escogió un granado número de raros que conforman lo que hoy es el universo. Un ejemplo sería Obiang, el criminal de Guinea que lo votan más de los que están en las listas, en un disparate propio del mundo en que vivimos. Obiang es un loco egregio dentro de los paranoides sanguinarios. Porque lo que hace Vallejo Nájera es dividirlos en histéricos geniales como Voltaire o Espronceda ; neurasténicos como Kant o Petrarca, psicópatas como Sócrates, Savonarola, Calvino, así como todos los partidarios de las distintas vírgenes del planeta con romería propia y devoción mariana, partidarios a su vez de bailar a las vírgenes, etcétera. Después están los paranoicos geniales como Buda, Luis de Góngora, Antonio Gala. Le siguen los paranoicos sanguinarios como Tiberio, Marqués de Pombal, Duaro Barroso, Bush y Aznar que hacen doblete, y Franco. Epilépticos como Carlos III, Mahoma o Dostoievski. Alcohólicos geniales como Edgardo, Poe, Schubert, Verlaine, Rubén Darío. Ciclofrénicos como Martín Lutero, que sabrán que era muy pajillero, o López de Vega que no tenía freno para nada, felizmente o el mismísimo Tolstoy. Hay un cuadro clínico muy interesante que es el de conversiones esquizofrénicas como el caso de Juana de Arco, que a los 13 años, como Aznar, sufre alucinaciones que le ordenan salvar a Francia, o a España en el caso de Aznar . Los grandes hombres son gente rara y difícil. El problema de Aznar, es que se siga repitiendo como si fuera un botillo o un gazpacho.

*Escritor