TPtara que dos emisores/receptores de radio sean capaces de emitir/recibir es necesario que dispongan de la misma longitud de onda. No hay un solo dato que apunte a que la comunicación del Gobierno con la oposición y viceversa sea posible porque nada de lo que desean es compatible.

Mientras el tiempo pasa y se constatan las secuelas de sus políticas respectivas, convendría no perder de vista la evolución de la raíz, que es la política misma. El Gobierno hace una apuesta por la paz que se basa en dos premisas insoslayables: la primera, que ETA se disuelva como organización terrorista y que esas siniestras siglas queden olvidadas cuanto antes por los ciudadanos. La segunda, que no puede haber precio político y que la vida democrática en el País Vasco no tendrá otro derrotero que el que decidan sus ciudadanos de acuerdo a la Constitución.

Hay algunos signos inquietantes de que algo tan sencillo no está claro. El Gobierno y el PSE-PSOE escenifican demasiado claramente el temor que tienen a que el proceso abierto fracase. Mientras, Batasuna hace alardes continuos de una chulería política difícilmente soportable sin respuestas contundentes del Gobierno ante cada provocación. Los silencios del Ejecutivo insinúan su temor a que los abertzales lleguen a molestarse y abandonen las negociaciones. Así es difícil avanzar sin ceder.

Ante los brutales ataques del PP el Gobierno se va a ver presionado a conseguir resultados y esa necesidad es su mayor debilidad. Si José Luis Rodríguez Zapatero no está dispuesto a romper las negociaciones con ETA en el caso de que sus demandas sean inaceptables, este proceso no llegará a buen puerto pero sólo porque la sociedad no admitirá que se pague un precio desorbitado por una paz que ya está ganada de antemano.

Periodista[,04]