Dramaturgo

Si Max Estrella pateara las calles de Badajoz no vería (porque es ciego) el asombroso avance que ha experimentado esta ciudad (pero lo olería en sus flores mil) y saldría corriendo (es un decir, porque es ciego y medio renco) hacia una urna del distrito 6 (Progreso) para votar a Orduña. ¡Qué craso error, Max Estrella! ¡Qué reticente eres y terco y obstinado! ¡Todo el mundo acertando por mayoría absoluta y tú, ciego bohemio, erre que erre! ¿Es que no ves cómo avanza Badajoz? (No lo ve porque es ciego, oiga). ¿Es que no ves cómo se despega esta ciudad seudoárabe de esa Extremadura que vota a Ibarra y se condena a los tiempos del caciquismo, el latifundio, Jarrapellejos y jornaleros apaleados (perdone, esa Extremadura no es la que deja en herencia Ibarra sino la que recibió en herencia Ibarra)? ¿Es que no contemplas cómo Badajoz danza entre las olas del Guadiana y respira a duras penas merced al bosque de chimeneas fabriles que la enriquecen, progresan y embelesan? (Eso, aparte de una cursilada, es una gilipollez). Si Max Estrella pateara las calles de Badajoz, le tocaría la lotería y podría darse de narices (porque es ciego) con el monumento a los tres poetas. ¿Conoce usted alguna ciudad en la que se haya erigido un monumento a tres poetas juntos? ¿Conoce usted una ciudad en la que los poetas, los dramaturgos, los tríos de flauta y las tres patas de un banco, surjan de tres en tres? ¿Y el trío de ases? ¿Qué me dice del trío de ases? (No sé de qué trío me hablan pero sospecho que hay un mochuelo junto a ellos y es muy local, muy pascual y muy colmenero).

Si Max Estrella pateara las calles, se iban a callar algunos intelectuales seudoárabes y seudobohemios.