Gracias. Es la mínima palabra que se merece una mujer que supo plantar su mejor cara, que luchó y que ayudó a tomar conciencia. Otros comentarios al respecto, por suerte minoritarios, que se han reproducido durante esta semana no merecen más análisis que la necesidad de que la Justicia actúe para que las redes sociales y la malentendida libertad de expresión no se conviertan en barra libre del odio.

Gracias a Bimba Bosé por ponerle rostro y nombre a una enfermedad que hasta hace muy poco era un completo tabú. Por haber usado su imagen y su fama para demostrar que a pesar de la afección se puede intentar vivir al máximo, aprovechando los mejores momentos. Por haberle puesto una sonrisa pública al mal y ser ejemplo de fortaleza y alegría, cuando sabemos los altibajos que éste provoca.

Por no tener reparos en poner nombre a esa enfermedad que se llama cáncer y que por desgracia a muchos, demasiados, nos ha tocado vivir muy de cerca.

Aún hoy en nuestros pueblos se sigue escuchando aquello de que «le han encontrado algo malo» como eufemismo de la palabra cuando alguien enferma. Y sí, es importante que cada cual maneje su intimidad y la de su familia y ésta sea respetada, pero también hay que poner en valor a todos los que tienen y tuvieron la entereza de nombrarlo y ponerle todas y cada una de sus letras: c-á-n-c-e-r.

Sabemos todos que el primer paso para superar un miedo es enfrentarlo, ponerle nombre. En el caso de este «malvado animal», como lo llamara la periodista italiana Oriana Fallaci, otra pionera en denominar la enfermedad por su nombre, se ha avanzado mucho en la toma de conciencia de la importancia de la prevención, tanto médica como en hábitos de vida.

Visibilizarlo, como hizo Bimba y como han hecho tantas otras luchadoras y luchadores anónimos en sus círculos cercanos, sigue siendo fundamental para impulsar aún más la investigación, tan ninguneada en este país como vital en una maldita ruleta como lo es el cáncer, y que cuente con todos los recursos posibles. A todas y todos ellos, por su fuerza y lección de vida, gracias. Muchas gracias.

*Periodista.