Director de diversas compañías oficiales, sometidas a toda clase de presiones, Luis Pascual (Reus, Tarragona, 5-6-1951) ahora se siente libre y, relativamente, feliz. Ayer estrenó en Avilés su montaje de La brisa de la vida, obra de David Hume, que representará en diversas ciudades. Con ella, aunque sea muy distinta, se siente tan satisfecho como cuando, en sus inicios, en 1972, estrenó en su ciudad natal Reus, París y Londres y luego, tres años después, presentó en Barcelona su texto teatral La setmana tr gica (La semana trágica).

Aunque el argumento de ahora sea, según declara, de "una banalidad absoluta", dispone del atractivo de presentar el duelo "a florete" de dos estupendas actrices como son Núria Espert y Amparo Rivelles, que interpretan a dos mujeres que, sin saberlo, compartieron a un hombre durante 25 años. Ello le permite recuperar la magia del teatro por sí mismo; la fuerza de los sentimientos humanos a través de las modulaciones de las voces. Algo que intentó siempre a través del Teatre Lliure, el Centro Dramático Nacional, el Teatro de Europa y otras formaciones de las que fue principal motor. Luis Pascual ha intervenido tanto en el teatro como en la ópera, así como en otros espectáculos. También es actor, pero siempre ha aspirado a ser una persona creativa y libre. Quizá ahora lo ha conseguido.