El presidente francés, Emmanuel Macron, ha recibido en París a su homólogo estadounidense, Donald Trump, con motivo de una visita de dos días en conmemoración del centenario de la entrada de Estados Unidos en la primera guerra mundial. Macron acogió a Trump con toda la pompa de la grandeur en los Inválidos, con visita a la tumba de Napoleón incluida, y el inquilino de la Casa Blanca asistirá al desfile militar del 14 de julio, lo que no ocurría desde que François Mitterrand tuviera a su lado a George Bush padre en 1989. Con esta iniciativa, Macron, que ya recibió a Vladimir Putin en Versalles, se postula como mediador entre Rusia, Estados Unidos y Alemania, como el hombre que puede entenderse con las tres potencias cuyas relaciones chirrían desde la victoria de Trump, afectado ahora por la tormenta del Rusiagate.

Francia y Estados Unidos mantienen serias diferencias sobre el comercio internacional y el cambio climático, pero colaboran en la lucha contra el terrorismo y en el conflicto de Siria. Como se comprobó en el reciente G-20, es difícil que Macron atraiga a Trump a sus posiciones, pero al menos resaltará el papel de Francia en la escena internacional.