TRtepasando los cambios que la Ejecutiva del PSOE pretende introducir en el proyecto de Estatuto catalán para encauzarlo en la Constitución, me ha venido a la memoria aquella frase en la que Alfonso Guerra proclamó en sus tiempos de vicepresidente del Gobierno de Felipe González , que, tras el paso del PSOE por el poder, a España no la iba a conocer "ni la madre que la parió".

Ni la madre que lo parió sería capaz de reconocer, en mi modesta opinión, el texto estatutario que aprobó el pasado día 30 de septiembre el 90 por ciento del Parlamento catalán y que el Congreso de los Diputados empezará a debatir el 2 de noviembre, si se concretan los profundos cambios sobre financiación, unidad de mercado, relaciones bilaterales, derechos históricos, régimen lingüístico y competencias exclusivas y excluyentes, que los socialistas proponen... ahora. Porque, ahora resulta que, también según los socialistas --por fin también según los socialistas-- ese Estatuto promovido, impulsado y salvado a última hora de una muerte cierta por el señor líder del PSOE y presidente nuestro... no cabe en la Constitución. La primera pregunta cae por su propio peso: ¿por qué aprobaron en Cataluña lo que ahora quieren desaprobar en Madrid? Ojalá lo consigan, mire usted, porque, tal como ha llegado, el nou Estatut es un disparate. Pero, sólo con sus votos el PSOE no puede cambiar ni una coma. Así que, segunda pregunta: ¿por qué se supone que Carod y los demás socios del tripartito catalán iban a votar en Madrid contra lo que han aprobado en Cataluña entre grandes aplausos hace menos de un mes? A mí no se me alcanza, la verdad. Y, tercera pregunta: si no es con los votos de sus socios, ¿con cuáles espera cambiar el PSOE lo que quiere cambiar? Rajoy y el PP podrían, evidentemente, sacarles del lío; pero, tendrían que hacer un ejercicio de olvido colectivo porque el desprecio con que les ha tratado Zapatero desde el inicio de su mandato roza los malos tratos. Supongamos que lo hacen, que Rajoy le echa una mano por el bien de España . ¿Cuánto tardaría Carod en meterse en el bolsillo las dos llaves con las que ahora sostiene a Maragall en Cataluña y a Zapatero en España? La tercera posibilidad, devolver el proyecto a Cataluña, no entra dentro de los planes de Zapatero; luego, cuarta pregunta: ¿cómo piensa salir el presidente del lío en que él mismo se ha metido por jugar al aprendiz de brujo? Como no se le aparezca la Virgen...

*Periodista