WLwa presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre , anuncia que reducirá al mínimo el impuesto de donaciones para quienes residan en su comunidad. Está en su derecho: es un tributo estatal que recaudan las autonomías y sobre el que pueden determinar las cuotas. Aguirre, además, es coherente con su ideología de que los ricos paguen menos, incluso antes de heredar. Pero resulta poco noble no distinguir que en la fiscalidad del patrimonio no es lo mismo eliminar el gravamen de la vivienda o del pequeño comercio, que el de todos los bienes sin distinción.

Si esta asimetría se puede dar en Madrid, ¿por qué no en toda España? La decisión de Aguirre sobre las donaciones contradice la doctrina del PP, que preconiza impuestos iguales para evitar la competencia entre autonomías. Habrá otros españoles, por ejemplo, que ahora estarán tentados de domiciliarse fiscalmente en Madrid para poder efectuar donaciones baratas a sus familiares. Esos líderes del PP que tanto aluden a la unidad de mercado para invocar la uniformidad total cuando les conviene, a veces tienen estas incongruencias, y callan si quien decide por su cuenta establecer diferencias es una dirigente de su propio partido.