WMwadrid no organizará los JJOO del 2012. El sueño de millones de personas por traer de nuevo a España el fuego olímpico se desvaneció ayer cuando el COI escogió a Londres. La desilusión madrileña, compartida por todo el país, no debe convertirse en una página negativa para la ciudad. Muy al contrario. Madrid encontró en el 2012 la cohesión para afrontar su imparable crecimiento. Ese sueño ha chocado con la realidad. Hoy, los Juegos se dirimen en el tablero internacional, y los poderes establecidos superan a las ilusiones y capacidades. Así, se entiende que en la pugna París-Londres el fallo del COI se vea como una derrota política de Chirac y un rentable triunfo de Blair . O que, como parece, ninguno de los votos de Nueva York apoyara la opción española.

El Madrid olímpico que no ha podido ser no deja facturas. Alberto Ruiz-Gallardón ha sabido organizar un proyecto sólido y trabajar al margen de colores políticos. No debería olvidar sus objetivos. Porque Madrid se embarcó en la aventura del 2012 empujada por la ola de transformación puesta en marcha en los últimos años con la idea de ser una de las grandes capitales del mundo moderno.