Ha fallecido Miguel Antonio Luceño Rubio . En su haber se ha llevado un amplio listado de miles de alumnos, sobre los que volcó su afecto y su saber, muchos de ellos han ejercido profesionalmente la labor de maestros y seguramente recuerdan al profesor que les dedicó su aliento personal y su ciencia como profesor de Psicología en la Escuela del Magisterio de Cáceres, en el Instituto de Bachillerato El Brocense, y en el Colegio Licenciados Reunidos, de gran prestigio en Cáceres y que fundó junto a otros ilustres compañeros de la enseñanza.

Se ha ido el profesor, el catedrático del Instituto El Brocense de Cáceres y de Magisterio, el Profesor Emérito de la Universidad de Extremadura; se ha ido el hombre enamorado de su inseparable esposa Agustina ; el buen padre de sus hijos y el maestro ejemplar y humano de cientos de miles de alumnos que tuvieron la ocasión de formarse en sus enseñanzas y en su cátedra.

El maestro de tantas generaciones de maestros, director de la Escuela de Magisterio de Cáceres en los primeros años de la década de los setenta, un centro de enseñanzas por el que han pasado ilustres profesores y distinguidos directores a lo largo de su historia, la Escuela Normal de Maestros, el centro de más larga tradición educativa de la Universidad de Extremadura, recordemos que sus inicios se remontan al año 1842, fecha de su creación con ese nombre.

Muchas han sido las generaciones de maestras y maestros que se han formado profesionalmente a través de sus aulas, hasta que con la Ley General de Educación de 1970 las Escuelas Normales se integraron plenamente en las universidades españolas y la Escuela Normal de Magisterio de Cáceres pasó a formar parte de la Universidad de Salamanca, con la denominación de Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Educación General Básica de Cáceres, hasta que en 1973, con la creación de la Universidad de Extremadura, se integró en la misma. Siendo en la actualidad Facultad de Formación del Profesorado

EL AÑO 1992, al cumplirse el 150 aniversario de su creación, la Escuela Normal de Magisterio de Cáceres fue distinguida con la Medalla de Extremadura, en reconocimiento a su labor educativa e institucional en la promoción humana, cultural y social de los extremeños. Ya Miguel Antonio Luceño Rubio formaba parte del listado de Ilustres Profesores que habían pasado por sus aulas y era uno de los que por sus méritos lograron el honor de la distinción.

Nunca le gustó que se hiciera ninguna distinción ni propuesta en su favor para la concesión de premio o medalla alguna en lo personal, que las tenía muy merecidas por su entrega intelectual y personal a la formación de varias generaciones de extremeños desde su cátedra de Psicología.

No es tarde para su reconocimiento tan merecido, su recuerdo le hace acreedor y la memoria archivada en los que le conocieron, y el recuerdo que deja en sus alumnos podría tener cabida en la ciudad a la que sirvió y de la que en sus tiempos de sosiego quiso hacer patente su cariño hacia ella dedicándole sus últimas aportaciones, sus pensamientos y saberes en la publicación de varios libros. El primero de los que publicó: Cáceres: el susurro de tus piedras , que me obsequió con una dedicatoria muy cariñosa, el día 8 de junio de 1998, lo conservo con especial cuidado.