XAxl margen de cuál sea el grado de participación de los ciudadanos, es fácil anticipar por qué va a ganar el si en el Referéndum del próximo día 20 de febrero. España es uno de los países más europeístas de la Unión. Lo ha sido históricamente. Incluso cuando el Océano Atlántico no era otra cosa que un lago español. Nuestros antepasados, quizá por la añoranza del Sol de Flandes o de las glorias de Italia, siempre tuvieron a Europa en la mirada. Aquella llama nunca se apagó, ni siquiera en los años de plomo de reinados siniestros como el de Fernando VII o con dictaduras autárquicas como la del general Franco. A la ensoñación de Europa se unía la esperanza de libertad de la que tanto hambre tuvo siempre nuestra patria. Europa era el Progreso con mayúscula. Lo nuevo que no acababa de venir. También, las guerras, es verdad. Guerra civiles entre Alemania y Francia que después degeneraban en conflictos mundiales. Pero aquella herida curó. Se cerró para siempre el día en el que gentes visionarios como Jean Monet, Maurice Schumann, Konrad Adenauer o Alcide de Gásperi, decidieron cruzar el Rubicón de la historia no para conquistar Roma sino para sellar la paz perpetua con la que soñaba el prusiano Emmanuel Kant.

España no estuvo en los días germinales del nacimiento de esta nueva Nación de naciones que empieza a ser Europa, pero en cuanto pudimos nos sumamos a las demás. Sin España, Europa perdería sentido, pero también España se extraviaría fuera de Europa. Una Unión que como dice el Tratado que se someterá a Referéndum el 20-F, en su Artículo I-2: "Se fundamenta en los valores de respeto a la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho y respeto a los Derechos Humanos, incluídos los derechos de personas pertenecientes a minorías. Esos valores son comunes a los estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres". Ahora, Europa también somos nosotros. Por eso, pese a las cien pegas que se podría poner al Tratado que vamos a votar, tengo para mí que merece la pena decir si la Magna Europa.