El Estado de Derecho es la garantía de que las cosas serán como están establecidas en la ley. Es, en definitiva, la tranquilidad que permite que la vida sea previsible. Por eso es tan importante que la ley se cumpla con normalidad, sin aspavientos; que la vida institucional se deslice sin que nadie tenga ocasión de éxito si trata de impedir que las cosas sean como están establecidas en el entramado legal.

Juan José Ibarretxe es ante todo un irresponsable. Su ejemplo sólo puede convocar a la insumisión y al delito. Mantener esta actitud en un escenario en el que el terrorismo sostiene las mismas tesis que él está tratando de imponer es, además, una falta de respeto para las víctimas y para los amenazados. Una tragedia para Euskadi y para el resto de España.

Solo hay una respuesta al chantaje de Ibarretxe: la serena aplicación de la ley, sin entrar en una dialéctica que sólo puede estar plasmada desde parámetros imposibles: la ley no se discute; la ley se aplica.

El primer reto de todos debiera ser normalizar la ley. Por lo tanto hay que cuidar el lenguaje para que no se contaminen los conceptos. La Constitución es la garantía de las libertades; tratar de burlarla nos pone en peligro a todos. Incluso a los nacionalistas porque pueden vivir en democracia gracias a la Constitución; es lo que les ampara en sus conductas irresponsables. Si no hubiera Constitución ni siquiera podrían tener existencia legal. No hay conflicto político en Euskadi. Allí el problema radica en que existen personas que no quieren respetar la ley. No se puede establecer un diálogo político con quien quiere vulnerar la ley; sólo se puede imponer con inteligencia su cumplimiento.

Pretender un pacto político del gobierno de Euskadi con el gobierno de todos los españoles es sencillamente imposible porque son instancias disímiles y complementarias. Aunque Ibarretxe no lo sepa o no lo quiera saber, solo es un español que tiene la enorme responsabilidad de gobernar en Euskadi. Como esto es terriblemente elemental, no se puede establecer un diálogo con quien no lo puede entender. Ibarretxe es nada más que un mal ciudadano que gobierna Euskadi y quiere vulnerar la ley.