La Unión Europea está dispuesta a prestar 30.000 millones de euros para que Grecia salga a flote --Atenas, todavía no lo ha pedido-- y dentro y fuera de España se escuchan voces destempladas clamando contra esta decisión. Tenemos mala memoria. Aunque al final ha cedido, la canciller alemana, Angela Merkel , era renuente a ayudar a Grecia. El deber de un buen alemán --decía-- no es sacar las castañas del fuego a los griegos. Merkel olvidaba la Historia: con ese argumento, los Estados Unidos, al término de la Segunda Guerra Mundial, no tendrían por qué haber ayudado a reconstruir Alemania. Pero Washington, en un rasgo de generosidad encomiable, puso en marcha el Plan Marshall para financiar la reconstrucción de Alemania olvidando el pequeño detalle de la devastación generada en todo el continente por la agresión alemana.

Por cierto, que Grecia fue uno de los muchos países que fueron víctimas de la brutal agresión de las tropas germanas. No es necesario recordarla todos los días, pero conviene no olvidar la historia. Y para olvido el de Mariano Rajoy , muy crítico con el Gobierno Zapatero por apoyar el rescate de Grecia porque España aportará alrededor de 3.600 millones de euros al préstamo conjunto de la UE. Hablo de olvido porque el líder de los populares en todas sus intervenciones relacionadas con la crisis financiera que padece Grecia omite, también, el pequeño detalle de que los responsables políticos de la quiebra del país heleno y los autores del pufo contable que ha llevado a Grecia al borde del abismo estaban en el Gobierno Karamanlis de Nea Demokratia , la derecha griega que en el Parlamento de Estrasburgo vota conjuntamente con el PP español y la CDU de la señora Merkel. Algunos, cuando les conviene, tienen mala memoria.