Escritor

La mancha de jubilados va a más. Procedentes de un carguero griego, el vientre de éste, al chocar con Aznar, se le ha abierto una brecha de jubilados que inundan cuanto encuentran a su paso. Se ha detectado que el jubilado, además, mancha bastante. Fraga en su día probó a drenarlos con el Batallón Vasco Español, pero se necesitaba una nueva plaza de toros de Badajoz para poder desterrarlos a fosas comunes desconocidas. Pronto los mariscadores del Gobierno dieron la voz de alarma: si siguen llegando jubilados, este año no habrá marisco para la próxima boda de Aznar, perdón, del chico que estudia en Nueva York los movimientos homínidos de Bush. Lo mejor es, dice Alvarez Cascos, sacarlos a alta mar y que se los trague el ídem. Pero el jubilado resiste más que un autor de teatro español contemporáneo. El jubilado, además, tiene una risita que jode. El jubilado no se arredra y ríe por todo y algunos, ante el intento de Aznar de ponerlos a trabajar en lo que sea, contestan con un que vaya a trabajar su p... madre. Menudos son estos jubilados. Nadie sabe por qué la jubilación los ha obligado a recordar a Franco, como un sueño cercano a la pesadilla. Yo pienso que es porque Franco se orinaba en los consejos de ministros, y ellos en el sillón familiar del comedor de su casa. Se ha detectado, además, que hay jubilados gamberros, que es una especie desconocida hasta ahora. Este tipo de jubilados tiene como función hacer corro a los estudiantes que hacen novatadas cada día más parecidas a las torturas policiales de la era del franquismo. Hoy, con todo lujo de artificios, te ponen electrodos en el sexo los de Física y Química, y más educados los de Agricultura, te llenan de ketchup y te obligan a cantar Aserejé... Por fin, dicen los jubilados, un entretenimiento inesperado... Pese a todo, el jubilado que se ve en alta mar idealiza su situación... Ya ni recuerda lo que era y lo que hacía... Pero la mancha aumenta y no se sabe qué hacer para detenerla... La de fuel, en Galicia, ya ha dicho Fraga que puede ser una mancha que limpia, o es una mancha masónica, que Fraga no está ya en este mundo. Lo mejor con los jubilados es mandarlos a por pan.

Con el último que me encontré le pregunté por su esposa:

--En casa está con los dolores de siempre, me contestó.