TAtgitado se presenta este fin de semana con las dos manifestaciones convocadas en Madrid y en Bilbao ¿Contra ETA? Eso hubiera sido lo suyo. En dos palabras:´ETA no´, y lo demás, la paz, la libertad, el diálogo, iría implícito, pues es ETA la que impide el ejercicio de esos tres derechos. Sin embargo, las tres palabras que los designan solo han servido para lanzarlas contra la crisma del adversario, como si fueran pedradas.

Es una pena porque la discordia de estas vísperas, a la hora de incluir o excluir tal o cual lema de las pancartas, ha dejado en segundo plano lo relevante de verdad: la saludable aversión común a la banda terrorista que, con la excepción de Batasuna, han mostrado todas las fuerzas políticas desde la salvajada cometida en la T-4 el pasado 30 de diciembre. Sin embargo, ha sido más visible el bochornoso espectáculo público de partidos, sindicatos, asociaciones de víctimas y otras entidades, peleándose a cuenta de los lemas.

Así de envenenada está la política en nuestro país. Maite Pagaza dice que cada vez hay menos oxígeno en el espacio público porque el sectarismo no deja respirar. Y tiene razón. Palabras a modo de cantazos, rodeos verbales y trampas semánticas como burladero de las verdaderas intenciones de líderes y vicelíderes, mientras predicadores del alba y tertulianos furiosos les ayudan en la tarea de encharcar el campo un poco más.

Lo último del estrépito mediático son los lapsus de Zapatero cuando pone a los atentados terroristas el nombre de "accidentes". Si, como dicen algunos, no son deslices ocasionales sino "actos fallidos", tendremos que acostumbrarnos a descifrar las claves de sus verdaderas intenciones a través de los mismos. Pero lo malo de apelar al lapsus como atenuante de un segundo tropiezo en la misma piedra es que puede haber un tercero en cualquier momento.

A manos llenas se despacha estos últimos toda la variedad imaginable en materia de lapsus, actos fallidos, equívocos, palabras de uso múltiple y trampas verbales, como burladeros de los intereses de los partidos implicados en las dos manifestaciones convocadas para este fin de semana. La de Madrid, sin el PP, porque, dice, le impiden mostrar su pasión por la libertad . Y la de Bilbao, sin Batasuna, porque le obligan a compartir el añadido de última hora: "Exigimos a ETA el fin de la violencia".

También la eventual presencia de los batasunos en la marcha de Bilbao podría funcionar como acto fallido si les diera por decir que de acuerdo, que asistirán para exigir a ETA que ponga fin a la violencia del Estado. El nacionalismo vasco, de cuya estirpe se reclama la banda terrorista ETA, siempre dio grandes maestros en esto del lenguaje.

*Periodista