TNto echéis la culpa de vuestra incapacidad a los anteriores, como ellos han hecho: si las carreteras están llenas, haced más; si la vivienda es cara, abaratadla; no recurráis a falsedades, decid lo que realmente ocurre, sin reducir la verdad telediario: el pueblo despide a los mentirosos y es más duro perder por engaño que por otras razones.

Contened a los subsidiados y demandantes de la familia o partido; no practiquéis el nepotismo sin límite; sed correctos y no pongáis los pies sobre la mesa de ningún emperador: eso produce sumisión y delirios de grandeza. No caigáis en el culto del dinero ni os fieis del quesito fácil que lleva a la corrupción. Vosotros no tenéis una centenaria experiencia de poder, ni una increíble sagacidad para hacer dinero, ni marrullería política para las finanzas como tienen, de siempre, los de la derecha: la honestidad es un color delicado que teme el aire: precaveros.

Os negarán hasta el agua, pero escuchad, persuadid, sin confrontación; dad explicaciones hasta sudar; convenceros de que la libertad no la garantiza el mercado sino las instituciones que representáis. Sed fuertes, sin prepotencia; pedagogos, sin arrogancia. Gobernad sin odios y sin olvidar quién os eligió y, sobre todo, olvidad la oratoria de los héroes de Perejil.

*Filólogo