Tu amigo Julio, aquel chaval que a sus diecisiete años se afilió al Partido Comunista, que había sido legalizado en España hacía dos años.

Aquel que a los dieciocho años se hizo punk, con su chupa de cuero negro con tachuelas y sus pantalones ceñidos, sus botas militares, su cabeza toda rapada, excepto su cresta de pelo en punta, sus imperdibles clavados en sus mejillas, sus cadenas colgantes, sus ojos muy pintados de negro.

Ese mismo que pegó carteles del Partido Comunista durante algunas campañas electorales, e incluso fue incluido en varias listas a las municipales.

Ese amigo tuyo que terminó siendo votante del PSOE, y ahora, a sus 54, años es todo un yuppie que ocupa un sillón en un despacho institucional, estuvo en Madrid un día durante el movimiento del 15 M, indignándose como uno más; y te dijo que es de los que habían votado a Podemos en las últimas elecciones. Te dijo que el PSOE, debido a su gestión seudoprogresista y a sus casos de corrupción, ha dejado de ser la opción para bastantes socialistas, y que él reconoce ser uno de los muchos que han provocado que el PSOE se encuentre perdido en el espectro político. Que en Podemos ha encontrado una alternativa al voto en blanco.

Tu amigo Chema, aquel chico que conociste a través de tu prima Dolores, y se convirtió en uno de tus mejores amigos.

Que era un fiel seguidor de Manuel Fraga Iribarne y su política conservadora, que se afilió y votaba a Alianza Popular, partido que Fraga lideraba, que años después pasó a llamarse Partido Popular, y gracias a millones de votos como el de Chema llegó a ser el primer partido de la oposición y después del Gobierno.

Aquel chico que solía vestir polos Lacoste, pantalones Levis y zapatos castellanos Kurboys color vino burdeos, y ahora acude impecablemente trajeado a trabajar a su bufete de abogados, te ha dicho que está harto de desayunar cada día leyendo en la prensa un nuevo caso de corrupción del PP.

Y que se está planteando muy seriamente votar a Ciudadanos, que no deja de ser una alternativa para los votantes de derecha.

Te ha dicho que no se puede perdonar tanto, por mucho cariño que se tenga a la marca PP.