TPtERDER EL CONTROL. En todos los órdenes de la vida es necesario controlar los tiempos, y los tempos , para llegar a las metas, que cada cual se plantea, en las mejores condiciones de alcanzarlas. Es quizá en los ambientes políticos donde se estila más esto de marcar bien los tiempos ya que un error de cálculo acaba con la brillante y dilatada carrera de cualquier amigo, servidor público, por un simple ponme por aquí unas vallas. Incluso en circunstancias extremas, quienes en política ocupan la segunda fila por, entre otras cosas, tener la confianza del number one, han de saber marcar bien los tiempos o correrán el riesgo de ser corregidos. No deben olvidar que su capacidad de decisión oficial, nunca la personal, está comprometida con quien les nombró desde que aceptan el cargo. La fecha de nombramiento y la del cese las pone el jefe y todo aquel que acepta entrar en un equipo de gobierno tiene fecha de caducidad que, en algún caso estará marcada por las urnas y casi siempre por quien le otorgó su confianza.

LANZARSE A TUMBA ABIERTA. Sin salir de los ambientes políticos y mirando al otro lado, resulta esperpéntico el panorama que ofrecen quienes, fuera de sí, se lanza a tumba abierta, en plan paleto, como si estuvieran en permanente espera, y al rececho, para cazar cualquier pieza. No saben marcar los tiempos. Si hubiera sensatez en las personas y programas de opción de gobierno, en lugar del espectáculo habitual de marionetas incontroladas, conoceríamos razonamientos, propuestas y estilos, seriamente planteados, que podrían ir minando al adversario político y propiciando nuevos terrenos de conquista. Esperar los lógicos errores de que quienes hacen todas las cosas para disparar salvas alocadamente no parece demasiado serio.

CENTRO LOGISTICO. ¿Quién en su sano juicio afirma que el emplazamiento ideal sería Badajoz? Deben valorarse equidistancia, reparto equitativo, solidaridad interprovincial... Y, desde luego, deben acabar las cacicadas y la sumisión a Madrid que creíamos olvidada.

*Periodista