José Luis de Vilallonga, marqués de Castellvell, anuncia un nuevo volumen de memorias en el que se mete con Carmen Cervera, baronesa Thyssen. No es la primera vez que estas dos personas andan a la greña. El fue el escogido por ella para escribir las memorias del barón Thyssen hace más de 10 años. El marqués se instaló a cuerpo de rey en casa del barón; emergieron un manojo de notas y apuntes por los que cobró seis millones de pesetas. Estos deben ser los folios más caros del periodismo (¿literatura?) español.

A ver si en el próximo volumen el marqués es más riguroso que en su libro La Flor y la nata , en el que nombra tres veces a los Thyssen y tres veces se equivoca. El relato queda más chistoso con las tergiversaciones, pero la guasa no está reñida con el rigor documental. La primera alusión a los Thyssen dice que "el príncipe Mdivani se mató junto a su amante, la madre del barón Thyssen". La amante de Alexis Mdivani, que tuvo el accidente de coche en Albons (Girona) en 1935, no era la madre del barón sino otra baronesa Thyssen.

En la segunda referencia, el marqués escribe que "el padre de Heini le cedió a lord Spencer un retrato de Enrique VIII, por Holbein, a cambio de un Bugatti de carreras". Pero fue el conde Spencer quien vendió (no cedió) el retrato de Enrique VIII, que hoy cuelga en Madrid, al padre del barón. La última cita sobre los Thyssen dice que "apoyaron a Hitler en sus tiempos". Sólo un Thyssen (Fritz, tío del barón) apoyó a Hitler hasta que empezó la persecución de los judíos; otro familiar (Gustav Remnitz, primo del barón) murió en el campo de concentración de Dachau en 1939.