Qué triste es que abran los telediarios con la muerte del pulpo Paul, dejando de lado que el cólera aumenta las muertes en Haití, y se recrudece el conflicto entre Marruecos y el pueblo saharaui. Es de periodistas gilipollas. El mundo está enfermo.

A 15 kilómetros de El Aaiún hace semanas se levantó un campamento de 7.000 jaimas y 20.000 personas pidiendo condiciones de vida dignas para los sufridos saharauis, que desde 1975 soportan agresiones y torturas, el expolio de los recursos naturales, la pasividad de los países fuertes frente a las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado marroquí-

Ahora, es más difícil negociar una salida. El detonante ha saltado con el asesinato del joven Nayem Elgarhi, de 14 años, por las fuerzas marroquíes. Defiende el Gobierno alauí que llevaban armas, cuando la verdad es que llevaban alimentos para ayudar a los sitiados que viven un duro asedio, tiroteados y cercados para guardar el orden. Pero, ¿qué orden? Si por parte de Marruecos nunca ha habido orden. Siempre han actuado con órdenes dictatoriales, atropellando la dignidad de la persona.

Se llama a las conciencias del mundo para evitar que el Sáhara Occidental se convierta en un auténtico escenario del crimen. Lo que sería un genocidio. Si no fuera posible la paz, no os dejéis pisotear más, pacientes saharauis.

El eslogan de: Marruecos culpable, España responsable , nunca ha sido correcto. Lo correcto es: Marruecos culpable, España culpable .

José Gordón Márquez **

Azuaga