Dicen las garzas que en Sevilla, la Giralda llora, que llora la Torre del Oro, Triana entera está llorando. Desde Sevilla hasta Cádiz, llanto es el canto del río, el color de las nubes, el susurro del aire. Lloran las cañas del Guadalquivir, las adelfas en los caminos, llanto es el aroma del espliego y el croar de las riberas. Lloran los patos y las malvasías, llora el Guadalquivir por Marta , porque se ha ido para siempre. Llora impotente Andalucía y España entera llora, porque Marta es Rocío , y Mary Luz y Madeleine y Jonathan , porque Marta somos todos. Y no hicimos nada por ella. "Marta" canta el río en un sollozo que es ya eterno e insondable como las lágrimas de todos los niños muertos, mientras sus padres no entienden nada de esa "incontinencia conductual grave" --¿y los cómplices?-- que liquidó los sueños de Marta, que dobló su "alto cuello de garza" y cerró sus ojos de gacela; que acabó con los hijos que no tendrá, las ilusiones que no logrará, los anhelos que se hundieron en el limo. El brazo que blandió el arma es el que la abrazó, la mano que la mató es la que acarició su pelo, la misma mano que tantas veces cogería la suya, la mano amiga, mano del asesino que la arrojó al río mientras sonaban "voces de muerte" por todo el Guadalquivir. Y no las oímos. En esta Semana Santa tan igual a aquella otra donde encontró un amor adolescente de risas, besos y alegrías, quizá donde siguió los pasos de la Macarena y el silencio de la Madrugá , ya no estará Marta, porque se ha ido para siempre. En ese abril que Marta no verá ya, llorarán los faralaes por bulerías, por soleares, por fandangos y sevillanas. Las marismas lloran y llorará el Rocío y toda la gente de bien llora porque no pudimos evitarlo. Porque dejamos a la víctima en manos del verdugo, porque permitimos que un niño desgraciado se convirtiera en un monstruo, --tantos cómplices!--, porque hay algo nauseabundo y terrible y podrido en esa juventud fría, violenta e insensible. Hay algo tan podrido y nauseabundo que hasta Dios está llorando por Marta. Quizá también por nosotros.