WLwa Fundación Santa María, una organización católica que toma el pulso periódicamente a la juventud española sobre su catolicismo, pero también sobre cuestiones sociales y políticas, recoge en su Encuesta ´Jóvenes españoles 2005´, algunas características sociológicas sobre la juventud extremeña. Llama la atención la ambivalencia de los jóvenes de la región con respecto a los inmigrantes --de un lado, creen que ya hay demasiados y a los que hay se les dan demasiadas facilidades; de otro, los inmigrantes son necesarios y se muestran favorables a la llegada de más personas desde el extranjero-- y, también, un fenómeno que resulta una novedad: los jóvenes extremeños se sienten, antes que de ningún otro sitio, de sus localidades (dos tercios anteponen su pertenencia a sus pueblos o ciudades a la regional o a la nacional) y, cuando se trata de elegir entre su región o su nación o equipararlas, un tercio manifiestan sentirse antes extremeños que españoles. Los resultados de esta encuesta son sorprendentes, porque de ellos se deduciría que el virus del nacionalismo (o localismo) también está inoculando a la juventud extremeña, una enfermedad política infantil a la que hay que hacer frente explicando que la exacerbación de la identidad acaba en ceguera.