TEtn este tren autonómico, que parece el de los hermanos Marx en el Oeste, el grito que más se escucha es el de ¡más madera! , que traducido al estatuto significa más competencias . Y una de las que se esboza es repartir el Consejo General del Poder Judicial en 17 Consejos Autonómicos del Poder Judicial. Ya tenemos los Tribunales Superiores de Justicia en cada autonomía, pero ésa es poca madera para lo que hay que vigilar a los jueces, y se intentan crear 350 nuevos puestos de trabajo directos, y unos mil indirectos, porque todo nuevo miembro de estos consejos necesitará secretaria, escolta, mecánico que conduzca el coche oficial, etcétera.

Los jueces ya dependen del Consejo General del Poder Judicial y del pleno de las Salas de Gobierno de los Tribunales Superiores de Justicia de cada autonomía, pero, si el proyecto se lleva adelante, además, dependerán de ese consejillo general autonómico. En La Rioja, por ejemplo, donde hay destinados algo más de sesenta jueces, tendrían 15 miembros de lo que sería este nuevo consejo para vigilarles... además del Consejo General estatal. No está mal. Cada vez más jefes con los mismos indios.

Desde luego, por mucha independencia que les demos a los jueces, parece una independencia condicional. En estos momentos, un juez depende del Ministerio de Justicia para que le arreglen la fotocopiadora, y no se olvide de pagarle la nómina. Depende del Tribunal Superior de Justicia en cuanto a organización y administración. Depende del Consejo General, en cuanto a faltas graves, y dependerá de los nuevos consejos autonómicos que se pretenden crear para sanciones leves, o aquello que sea delegado. Y eso que son independientes. Si no lo fueran, igual se tendrían que presentar cada quince días en la Consejería de Justicia, para identificarse debidamente y garantizar que no se han escapado. Ese es el proyecto.

Propongo un cuerpo de inspectores de consejos. ¡Más madera! .

*Periodista