WEwl Partido Popular y en particular su presidente, Mariano Rajoy, han perdido durante la convención que este fin de semana ha celebrado el partido una espléndida ocasión para dar un giro a su modo de hacer oposición cuando se cruza el ecuador de la legislatura. Había cierta expectación por saber si Mariano Rajoy iba a aparcar el tosco discurso con el que vienen atacando al Gobierno, para hacer propuestas alternativas a las de los socialistas. Pero no.

Pese al lema del cónclave, Hay futuro, el presidente del PP se limitó en su discurso de clausura a glosar los ocho años de gestión de José María Aznar en la Moncloa, para concluir que buena parte de esa obra se ha dilapidado en los dos años de Zapatero. De esa forma, la convención se convirtió en un mitin más. Han sido tres días de discursos en los que se ha buscado el cierre de filas partidario, con Aznar en un papel estelar, antes que la discusión de propuestas innovadoras.

El intento de negar el diálogo con la banda terrorista ETA en época de Aznar para arremeter sin rubor contra el nuevo intento de Zapatero, la insistencia en sembrar dudas sobre la autoría de los atentados del 11-M y la demonización del Estatut de Catalunya han sido los tres ejes de una convención que no pasará a la historia de las ideas políticas.