WLwa madrugada del martes, la policía detuvo en distintos puntos de España a 20 sospechosos de pertenecer a células de apoyo al terrorismo islamista internacional. La mayoría eran vecinos de Vilanova i la Geltrú, incluido el imán local. El resto vivían en Sant Boi, Madrid y Lasarte (Guipúzcoa) Según los jueces de la Audiencia Nacional que han dirigido la operación, se trata de otro golpe para neutralizar el entramado de grupos que se dedican a captar en Europa a futuros guerrilleros (muyaidines) que acaban combatiendo en Irak, y a recaudar dinero para financiar actividades terroristas.

Esta actuación policial se asemeja a otras que se han efectuado en España después del atentado de Madrid. Entonces sabíamos que nuestro país era una base logística del integrismo violento, pero a partir de aquella matanza fuimos conscientes de que esta amenaza nos afectaba directamente. Se suceden las redadas y acaba la sensación de impunidad de estas células, pero en varios casos luego no se ha demostrado la posible culpabilidad de la mayoría de los detenidos. Quizá hay que trabajar más a fondo reuniendo previamente pruebas para que, después, las detenciones se hagan con el fundamento necesario. En cualquier caso, ahora este terrorismo no coge a España con la guardia baja.