España venderá 400 bombas a Arabia Saudí porque --atención-- el Gobierno «no ha encontrado ninguna razón para no hacerlo», según Josep Borrell, ministro de Exteriores. Es la explicación más pancha: no hay ninguna razón para no hacerlo. Pero hay una razón, claro, una razón de 9,2 millones de euros. Aunque la ministra de Defensa, Margarita Robles, había anunciado que el Gobierno cancelaría la venta ante la posibilidad de que Arabia Saudí utilizara las bombas para sus campañas de bombardeo contra la población civil de Yemen, el ministro Borrell ha garantizado que no, ya que se trata de «armamento de precisión y no produce efectos colaterales», por lo que «no se pueden producir bombardeos...» (indiscriminados, se entiende).

Pregunta obligada: ¿va a supervisar el ministro que las bombas no sean para bombardeos y que no producirán efectos colaterales? Hombre, el ministro debe de saber que las bombas están para lo que están. Quienes compran bombas las utilizan, no lo hacen para adornar el jardín. Y en cuanto a que no producen efectos colaterales, depende. ¿O es que son bombas inteligentes que cuando detectan a un civil se desactivan o cambian de objetivo? Pero, en fin, la guerra es también un negocio (perdón: la guerra es el gran negocio, el único gran negocio) y eso es lo que importa. En este caso, no sólo 9,2 millones de euros, ya que Arabia Saudí es el mejor cliente bélico de España y también pagará 1.813 millones por la fabricación de cinco corbetas, que quizá sean de recreo, quién sabe.

Pero el ministro Borrell, en lugar de reconocer que las bombas son una mera transacción económica, ha justificado la venta por la perfección tecnológica de la industria armamentística española, que cada día afina y progresa más. Y, obviamente, es lógico que esa tecnología puntera se comercialice: «no hay razón para no hacerlo». Pues claro. Ni siquiera los cientos de civiles muertos hasta ahora (más los futuros) son razón, y perdón por la demagogia, que tiene vida propia y aparece cuando quiere. Dirán los tiquismiquis que 400 bombas dan para matar mucho. Sin duda. Solo que matarán con precisión, que no es lo mismo.