WLwa vicepresidenta Fernández de la Vega ha decidido activar un plan de cooperación con Mauritania para el problema del aluvión de pateras que llega a Canarias desde este país. Se destinan cuatro patrulleras a la vigilancia y la actuación disuasoria en las aguas mauritanas, así como ayudas para los centros de acogida que organice este Estado africano.

Si esto surte efecto, simplemente volverán a cambiar las rutas migratorias. Del mismo modo que cuando Marruecos empezó a poner trabas a ese flujo se desvió el punto de partida a Mauritania, ahora se ensayarán otros lugares. La verdadera solución es de otra naturaleza: insistir en ayudar al desarrollo de los países emisores de emigrantes, organizar sin mafias el acceso de los trabajadores que pueda absorber el mercado laboral español y europeo, etcétera.

Estos inmigrantes sin papeles no son culpables de nada. Esas medidas idóneas darán resultado a largo plazo y no frenarán la oleada y las muertes actuales. Para reducir la tragedia en lo posible, hay que mejorar las técnicas de salvamento en el mar y la acogida, tanto en Canarias como en la Península.

Esperar que la publicidad sobre las muertes haga de campaña disuasoria es una canallada.