TNto sé que es mayor, si mi asombro o mi indignación. Las autoridades españolas, por medio de la Agencia Española de Cooperación, envían a Mauritania 3 aviones, 35 militares al frente (buenos médicos, ingenieros y técnicos), con 26 toneladas de agua, alimentos y materiales para construir un centro de acogida. Este centro dará cabida a 200 inmigrantes subsaharianos antes de ser repatriados a sus paupérrimos países de origen. ¿Pretenden parar así la oleada migratoria a Canarias y al resto de España? Más bien no, saben perfectamente que es una medida cosmética... para consumo interno español, no sé pero a mí me daría vergüenza intentar vender esa medida como humanitaria. 4.000 cayucos (barcas) están esperando su carga humana en las playas cercanas a Nuadibú en el norte de Mauritania, miles de inmigrantes --que pagarán 500 euros cada uno a las mafias mauritanas-- están a la espera de una travesía incierta que puede acabar con su vida con una probabilidad muy alta... pero menos alta, es verdad, que si se quedan en sus países de origen.

La lucha contra la inmigración ilegal no va por ahí, camina por otros derroteros. Tiene que ir por el Parlamento Europeo y los demás órganos decisorios del resto de los países desarrollados. Desde allí, y sólo desde allí, se pueden poner las bases de una política económica y de una ayuda integral: de emergencia, de desarrollo y sostenible, que a la larga genere trabajo y vida en los países empobrecidos. Cualquier otra acción será como poner una tirita para detener una hemorragia mortal. El problema, ya muy grave, no puede sino empeorar. Nuestras autoridades deben abordarlo con seriedad y racionalidad, todo lo demás son cortinas de humo ante un problema que lanza a nuestra costas cientos de muertos cada año.

*Sociólogo