La concesión de la Medalla de Extremadura al colegio San José de Villafranca de los Barros es merecida, entre otras cosas, por constituir desde hace 125 años un proyecto educativo de vanguardia para la Tierra de Barros, la provincia de Badajoz y Extremadura en general. Sin duda, el progreso extremeño ha sido avivado decididamente desde que la Compañía de Jesús fundase en Villafranca un colegio por el que han pasado muchos de los principales profesionales de la nuestra sociedad, base esencial del progreso de la comunidad y de la generación de la riqueza extremeña. Esto se debe a que en sus aulas se viene impartiendo una formación integral, de desarrollo de las capacidades de los niños y niñas, y de la sapiencia, cariño y esmero que los Jesuitas y su profesorado vienen derrochando durante generaciones para que desde Villafranca salgan hombres y mujeres con valores y pretensiones de mejorar, cada uno en su parcela, nuestra sociedad.

Por saber identificar el talento, por saber potenciarlo junto a valores esenciales como el tesón, la responsabilidad, la disciplina o la superación, Extremadura debe mucho al colegio San José y, por ello, es merecido este galardón, que sin duda festejamos quienes de un modo u otro llevamos al colegio San José, a los Jesuitas, y a Extremadura, en nuestro corazón.