XExs una pena que las políticas sociales del Gobierno pasen inadvertidas en medio de las polémicas por la política territorial del mismísimo Gobierno y sus socios. Es una pena porque son las políticas sociales las que evidencian de qué color son los gobiernos, y éste es inequívocamente de izquierdas si nos atenemos a las políticas sociales.

Zapatero acertó nombrando a Jesús Caldera al frente del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, es decir, del ministerio que tiene que ver con los problemas reales de los ciudadanos, junto a los de Educación y Sanidad. Caldera viene haciendo una política netamente de izquierdas, y en su condición de ministro de Asuntos Sociales está peleando por incrementar y consolidar algunas políticas básicas en el Estado del Bienestar.

La última buena noticia en el capítulo de políticas sociales es la anunciada por el presidente del Gobierno respecto al incremento del gasto en educación. Zapatero se ha comprometido a que la de educación sea la partida estrella en los próximos Presupuestos, y eso significa una importante inyección de recursos en el sistema educativo. No obstante, además de dinero, nuestro sistema educativo necesita de un gran pacto entre los partidos políticos. Es necesario un marco estable, un consenso mínimo sobre la educación que están recibiendo o recibirán nuestros hijos. En este momento, en el sistema educativo español hay un déficit en la enseñanza de Humanidades y un alto índice de fracaso escolar, amén de estadísticas que ponen los pelos de punta sobre la agresividad en las aulas, y cómo se ha ido restando autoridad a los profesores hasta dejarles librados a su suerte.

El sistema educativo no mejorará, a pesar de que se invierta más dinero, si previamente no hay un diagnóstico real sobre la situación de las aulas. También es necesario poner orden en el sistema educativo en lo referente a lo que estudian los niños dependiendo de la comunidad en la que vivan. No es posible que el que estudia en La Rioja no tenga los mismos conocimientos que el que estudia en Canarias. Y es un disparate que en nuestro país no se enseñe apenas Historia y la que se enseña tenga que ver con la sensibilidad del gobierno autónomo de turno. Estos son aspectos que deberían ser objeto de análisis, reflexión y, a ser posible, abordados con sentido común y sin partidismo, es decir, es necesario el consenso para que nuestro país tenga un buen nivel de educación y los niños, además de saber navegar en Internet, sepan que Cleopatra no es una crema de belleza y las Termópilas no son un estadio de fútbol de un país lejano. Otra cosa no, pero la política social del Gobierno es un acierto y el anuncio de Zapatero de dar más dinero a la educación, una inmejorable noticia.

*Periodista