Cuenta Francisco Espinosa en la Columna de la muerte que Diego Zambrano Chaves en Fuente del Maestre recordaba así la muerte de un amigo:

"... pronto comenzaron las sacas durante noches. Había días que no dormíamos por las escenas tan dramáticas de quienes iban a morir; otros en cambio te llamaban para despedirse. Recuerdo el día que bajé al Rastrillo donde había unos pocos amarrados para subirlos al camión, ¡qué trabajito me costó bajar las escaleras! Cuando me vio mi amigo se me abrazó llorando y me dijo al oído "no se te olvide lo que estás viviendo y si algún día podéis, recordadnos siempre". Era maestro nacional y tenía sólo 24 años. Cuando subí a la brigada no pude dormir, no esa noche sino varias más".

La memoria es esencial para el conocimiento de la realidad de nuestra historia. Debe ser como nuestra conciencia, la conciencia del pueblo, y, parafraseando a nuestro filósofo Ortega y Gasset , no volver a repetir nuestra historia, nuestra historia más negra y nefanda, una historia, la franquista, llena de horror y sangre, de odio y rencor, de dolor y de lágrimas. Una historia que ojalá no vuelva a repetirse. Precisamente por ello, y para ello, debemos conocerla en toda su integridad, sin rencor. La memoria única que no puede repetirse es la del rencor.

Debemos ser combativos contra este olvido. No desaparece lo que muere, sólo lo que se olvida. El olvido es un error y un acto de injusticia. El olvido de tanto horror no es bueno para la reconciliación de los pueblos. "El trauma de la guerra civil española sólo se podrá olvidar después de haber conocido íntegramente la verdad de lo que fue", escribió Pedro Laín Entralgo .

"Pensando en la gigantesca tarea de reconstrucción nacional, dice Gonzalo Pontón aludiendo a un discurso pronunciado por Azaña al cumplirse el segundo aniversario del golpe de estado, en el Saló de Cent de Barcelona, en la que tendrían que colaborar todos los españoles, evocó la profunda conmoción moral que había sufrido el país y la obligación "cuando la antorcha pase a otras manos", de recordar a los muertos (¡he aquí su profunda generosidad de no distinguir entre unos y otros, como luego lo hicieron los vencedores!), y atender a su lección, "la de esos hombres que han caído embravecidos en la batalla luchando magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna, ya no tienen odio, ya no tienen rencor, y nos envían, con los destellos de su luz, tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: paz, piedad y perdón".

XLOS HISTORIADORESx modernos, objetivos e imparciales, como por otra parte es exigible de la más pura razón de ser, nos están enseñando la verdad de aquella cruel represión, la más grande de nuestra historia contemporánea, para "así, como nos dice Julián Casanova , impedir que los herederos de la victoria franquista, que aún quedan, no puedan blanquear más su pasado, el pasado más violento y represivo que ha conocido nuestra historia contemporánea".

Algunos, sin embargo, diría yo, aún están mediatizados por la sombra de Franco que, al decir de José Luis Martín Pallín , es alargada, pues, "siguiendo los debates que se han abierto sobre la necesidad de cerrar una época negra y trágica de España nos encontramos ante una realidad que, por encima de opiniones e interpretaciones de la historia, nos demuestra que Franco no ha muerto", lo que condiciona sobremanera a quienes pretendemos esclarecer la verdad de lo que ocurrió, desentrañar el misterio que Franco creó a lo largo de su dictadura a base de escribir la historia interesada que él y sus historiadores afines, a lo que no es ajeno Manuel Aznar , el abuelo de José María Aznar , tejieron impunemente, tratando de exonerarse de la responsabilidad de tanto crimen, de tanto expolio, de tanta miseria humana.

Hoy hay quienes todavía claman por su figura impoluta , y no quieren aceptar la verdad de historiadores imparciales que han investigado la horrorosa realidad y así, con la verdad por bandera, podamos revertir aquella historia ficticia, blanqueadora de sus crímenes y excesos que sumieron a España en la etapa más negra de nuestra historia.

"El golpe de Estado y la guerra civil hicieron correr más sangre que la violencia del escuadrismo fascista en Italia y de las SA en Alemania. Hubo más asesinatos políticos en la retaguardia franquista de Aragón, o en la Cataluña de posguerra, que en Italia y Alemania juntas antes de la Segunda Guerra Mundial", dice Julián Casanova.

Es necesario hacer "un esfuerzo más en la búsqueda de la verdad pues la verdad libera y trae la paz a los espíritus", dice el escrito del comandante en jefe del Ejército de Chile, general Juan Emilio Cheyre .

"Las nuevas generaciones de españoles y europeos deben conocer su propia historia", porque "la desmemoria y el olvido no son la mejor manera de cultivar el amor a la libertad y a la democracia y éstas no están protegidas para siempre de las amenazas liberticidas y de las tentaciones involucionistas", dicen los europarlamentarios españoles, excepto los del PP, claro está, que presentaron en Estrasburgo un proyecto de resolución para que el Consejo de Europa condene el franquismo y exija la reparación moral de las víctimas.

*Maestro jubilado