Un estudio del Instituto de Política Familiar concluye que Extremadura es la región española donde la violencia machista tiene menor intensidad; al menos en cuanto a personas declaradamente damnificadas: la tasa de homicidios desde el año 2001 es cuatro veces menor que la máxima, que se registra en Canarias, pero también es donde menos tasa de órdenes de protección hay.

Habida cuenta de que Extremadura tiene servicios judiciales, policiales e instituciones públicas de protección y amparo de las víctimas como en cualquier otro sitio, es fácil concluir que esas estadísticas no enmascaran la dificultad de acceso a dichos servicios e instituciones. Por tanto, las razones de que la violencia machista se exprese menos intensamente en Extremadura podría deberse a que los extremeños son una sociedad más sosegada respecto a este tipo de conflictos. No necesariamente, como apunta la responsable de la asociación Avex, a que la mujer aquí es más sumisa. Si fuera cierto este razonamiento, habría que concluir que las mujeres canarias o las de Baleares son las menos sumisas de España, lo cual es descabellado afirmar. Es más lógico pensar que el hecho de que en Extremadura haya un porcentaje más pequeño de extranjeros que la media nacional es un factor que contribuye a que bajen las estadísticas, ya que entre los extranjeros la incidencia de la violencia machista es cuatro veces mayor que entre los nacionales.