WLw a Cumbre del Clima de Nairobi no ha producido ningún resultado espectacular. Sus resoluciones no establecen compromisos concretos para los países ricos y las naciones en desarrollo siguen dando largas a una eventual contención de sus emisiones de gases. Pero no ha sido una reunión perdida. En ella se ha asentado la convicción de que un Kioto 2 prolongará el pacto alcanzado en Japón en 1997. Seis años de Bush en la presidencia de EEUU no han conseguido frustrar el esfuerzo internacional contra el cambio climático.

Se ha pasado a dar por hecho que el esfuerzo iniciado en Kioto continuará más allá del 2012 y a considerar razonable que, tras esa fecha, se produzca una fuerte reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países desarrollados: el 50% de las producidas el año 2000. Es cierto que no se ha puesto fecha a la consecución de esa reducción drástica, pero se habla ya del año 2050. El objetivo es lograr que el aumento de la temperatura media a lo largo de este siglo sea de 2 grados en vez de los 5 o 6 que se calcula que subirá si no se toman medidas drásticas.

Un apunte sobre España para terminar. En nuestro país se han incrementado las emisiones de dióxido de carbono el triple de lo que permitía el acuerdo de la Unión Europea para el cumplimiento de Kioto. Los gobiernos de Aznar apenas hicieron nada por reducir las emisiones y el actual ha cambiado de actitud, pero sigue sin controlar la situación. Está muy bien apoyar con entusiasmo un Kioto 2, pero es necesario hacer mucho más que eso.