Escritor

Aplauden los neoliberales, no necesariamente salvajes, que niños del Tercer Mundo trabajen para multinacionales occidentales. Para acallar protestas de los antiglobalizadores, aducen que, si la multinacional no le dieran trabajo, esos pobres niños acabarían prostituyéndose. Explican: "Son países en desarrollo. También en la Inglaterra victoriana trabajaban los niños".

Estos olvidan o ignoran que la lucha obrera consiguió hace mucho que el empresario occidental dejara de explotar a los niños. Y ahora es ese mismo empresario occidental (no el tercermundista) quien, impulsado por el afán de lucro, demuestra que no aprendió la lección.

Como dijo aquél: "He sido rico y he sido pobre: ser rico es mejor". Con toda la jeta.