Decía Lorca que el teatro es una escuela de llanto y de risa, y una tribuna libre. Y cada vez que tengo la oportunidad de contemplar un espectáculo porque los alumnos se convierten en actores, porque acuden a representaciones o porque lo disfruto en mi ocio, compruebo que no solo es eso sino mucho más. Esta semana, por ejemplo, he vuelto a vivir el ambiente, para mí emocionante, que se palpa en Mérida año tras año, y ya va por su XXII edición, con motivo de la celebración del Festival Juvenil de Teatro Grecolatino. Se pondera muy poco lo que supone la labor colosal del IES Santa Eulalia para conseguir, no ya una organización casi perfecta, sino un poder de convocatoria que llena las representaciones año tras año en una semana de abril entre las milenarias piedras de ese lugar mágico que es el teatro romano, con grupos jolgoriosos de alumnos y profesores procedentes no solo de los cuatro puntos cardinales de Extremadura, y eso ya es lo suficientemente importante, sino de otros lugares de España. Y me gustaría que un evento cultural de tal trascendencia educativa, tan positivo, y con tantas posibilidades de mostrar a los que lo ignoran la realidad cultural y artística de nuestra región, apareciera no solo en los noticiarios extremeños, sino en el telediario de la 1, la 3, la 4, la 5 y la 6, ahítos como estamos ya de tanta información sobre Cataluña, por ejemplo, cada vez que en esa hermosa tierra ocurre alguna novedad petardesca de las que ya nos tienen saturados. Era un frío gélido el que nos recibió el lunes cuando nos detuvimos a contemplar la belleza imponente del acueducto, pero la lluvia nos respetó, y nada impidió así que contempláramos un fragmento de la tragedia Siete contra Tebas y la descacharrante comedia Lisístrata. Pudimos comprobar de nuevo la actualidad de las palabras de Lorca sobre la risa y el llanto. Y mientras se me abría el ánimo y se me olvidaban los sinsabores que toda vida conlleva pensaba en ese genio, Aristófanes, capaz de salvarse y salvar del horror de la guerra por medio de la risa. Ese milagro.