XDxespués de la tormenta electoral del 14-M, parece que se recobra la normalidad en el ambiente político, aunque son previsibles algunos nubarrones y chubascos por ciertas zonas populares. Esto hace pronosticar una primera-verano con altas temperaturas, ante las calores que se produzcan tras la sesión de investidura de Zapatero, y que probablemente no se esperen a los 100 días de confianza que se suelen otorgar a favor de los nuevos gobiernos para opositar con dureza desde el marco parlamentario y mediático.

Ni qué decir sobre las quinielas de ministrables con las que nos desayunamos todos los días, que ponen de manifiesto el premio merecido para los más estrechos colaboradores de Zapatero . Por cierto, en estas apuestas se vislumbran posibles signos extremeños, cuya flor deberá deshojar Ibarra.

Ahora lo importante es saber mantener el tipo de este nuevo ejecutivo, presidido por alguien que representa otra generación, con un talante de hacer política bien distinto de lo acostumbrado. Así pues, Zapatero y su equipo tendrán que prepararse bien si quieren recorrer esta maratón competitiva con fuerza y valor político, e ir marcando el ritmo institucional desde los primeros pasos de su salida (y entrada en Moncloa). Y dado que las expectativas generadas por el inesperado triunfo socialista elevan las metas a alcanzar, de lograrse como debieran, se asegurarían una posición de liderazgo de cara a las elecciones del 2008.

Hablando de comicios, aun queda la posible revancha electoral en las próximas elecciones europeas, fijadas para el 13 de junio. Es cierto, que estas citas electorales se han considerado de segunda categoría, pero este puerto de montaña demostrará quiénes continúan siendo más aptos para seguir escalando en la lucha por conquistar más votos que representen la confianza de parte de la sociedad, y de este modo revalidar o no el maillot amarillo ganado por Zapatero y su partido en el pasado plebiscito. Si esto sucediera, se superaría el (re)sentimiento y el pensamiento popular sobre la relación causa-efecto entre los atentados del 11-M y los resultados del 14-M. ¡Qué barbaridad!

Concluyo con una solicitud dirigida al nuevo jefe de gobierno, referente a la necesidad de una gobernación desde el diálogo y el respeto democrático hacia las otras fuerzas políticas. Por ello, resulta muy recomendable la práctica de su escucha activa y permanente con la ciudadanía para conocer directamente las opiniones y demandas de un pueblo que ha querido un cambio político esperanzador.

*Sociólogo