El IPC del mes de septiembre a nivel nacional no ha sido tan malo como se preveía: los precios han subido sólo un 0´3% respecto del mes anterior, lo que reduce en una décima --el mismo mes del año pasado fue peor-- la inflación española, que queda en el 2,9%. Sin embargo, la provincia de Cáceres ha sido la más inflacionista del país, con un 0,7% de aumento.

Si había más interés del habitual en conocer la cifra es porque el lunes se conoció un dato significativo: los precios de los alimentos frescos han subido en los últimos tiempos de manera inexplicable. Ahora preocupa de manera singular la determinación de precios de los artículos alimentarios no elaborados, cuyo seguimiento afecta a los ministerios de Agricultura y de Economía. Hasta hace poco se había considerado que las materias más volátiles --como la energía-- quedaban fuera del control que puede ejercer un Gobierno. Pero los hechos han demostrado que el mercado no se autorregula y que esos productos no sólo acusan la meteorología, sino las manipulaciones de los grandes intermediarios y distribuidores. La nueva asignatura del Gobierno es bien concreta: detectar el origen de las inaceptables subidas y ponerle freno.