THta sido aprobar la ley de matrimonios homosexuales y se ha desatado un torrente de opinión considerable. Es lógica la perplejidad de sectores y de personas que aún no acaban de entender determinadas razones. Es la consecuencia de tanto tiempo de incomprensión y de una casi nula educación sentimental, afectiva y sexual. El modelo es el modelo he oído decir a gentes (sin duda bienintencionadas) como argumento para rechazar estos matrimonios.

Pero al lado de estas consideraciones también se han escuchado sentencias como Son unos tarados o Qué quieren? ¿Ser iguales a las personas normales? . Recuerdo que no hace mucho en un país que se proclama garante de los derechos civiles, estas mismas frases se utilizaban para justificar la separación entre negros y blancos, y gentes bienpensantes argumentaban que ellos no se oponían a que los negros tuvieran derechos pero cada uno en su sitio, o sea, en escuelas aparte, autobuses aparte y comunidades apartadas.

Si nos vamos más lejos, volvemos a ver estas mismas frases referidas a minusválidos físicos o psíquicos, y aún podemos escucharlas en algunos países cuando se habla de la mujer.

Sospecho que en este tema como en otros, a la hora de expresar ciertas opiniones se aprovecha para reafirmar una determinada opción sexual. Algunos ven en este avance social un peligro para no sé qué estatus y los más agoreros vaticinan un mundo dominado por los gays. Son los mismos que veían un mundo divorciado, o un mundo en el que los hombres iban a ir por las calles encadenados a las libérrimas féminas. Son los mismos que quieren seguir viendo un mundo dominado por ellos, por quienes creen que la duda y el relativismo les pueden hacer daño.

*Dramaturgo y directordel consorcio López de Ayala