Apenas llevaba un mes y medio en la alcaldía de Villanueva de la Serena cuando Miguel Angel Gallardo (Villanueva, 1974) lanzó a finales del pasado verano un órdago a Don Benito con el objetivo de coger el toro por los cuernos y empezar a perfilar la tan ansiada unión de las dos localidades.

Quizá fuera su juventud la que le empujó a embarcarse en tan magna empresa, que ni siquiera se atrevieron a abordar de forma tan directa otras corporaciones anteriores, incluso del mismo signo político.

La palabras complejidad, prudencia, futuro e ilusión estuvieron presentes en su discurso durante el proceso de negociación, primero con el veterano Mariano Gallego como interlocutor y luego con otro debutante en el ruedo político, Juan Bravo.

El caso es que al final Gallardo se ha dado de bruces con una propuesta vecina que contemplaba como adalid del proceso de fusión a un órgano vetado por el PSOE de Villanueva: la Mancomunidad Don Benito-Villanueva.

La proposición dombenitense le indigestó las navidades, pero tuvo la deferencia de dársela a conocer a sus colectivos sociales antes de pregonar su decepción y su impresión de haber perdido cinco meses hablando de la unión. Eso sí, en Don Benito escoció la filtración de los planes de Villanueva cuando se acordó cautela. No obstante, a pesar del revés, Gallardo no decae y ya anuncia más lucha por la unión.