Asusta pensar en la facilidad con que un ser humano puede arrebatarle a otro la vida. Y, si hablamos de terrorismo, de las mil formas de morir a manos de un extremista. Uno va por la calle y de pronto un fanático te asalta con un cuchillo. O te aplasta con un camión cargado de fanatismo ideológico y religioso. O activa un cinturón explosivo. Con el auge de la barbarie yihadista todos somos un poco menos libres y bastante más temerosos. Justo lo que ellos persiguen. Ahora bien, tampoco vayamos a caer en la autocomplacencia y creamos que el mundo esta dividido en dos bandos de buenos y malos y que, por supuesto, nosotros estamos en el de los buenos. Es evidente que nada puede justificar la barbarie y la deshumanización de los terroristas, pero en Occidente también deberíamos llevar a cabo una reflexión profunda de los porqués de este odio y radicalización islamista.

PENSIONES

No son un regalo

Josefa Gómez

Pensionista

Ante la perspectiva de una mejora de la economía, nuestros dirigentes -por temor a una justa reivindicación en forma de aumento de las pensiones- intentan de nuevo inocular en el colectivo pensionista el miedo en forma de anuncio sobre recortes. Señores políticos, las pensiones contributivas no son ningún regalo de ustedes por lo simpáticos que somos, son un derecho que nos hemos ganado cotizando durante nuestras vidas profesionales. Y pese a ello, seguimos pagando impuestos por ellas y ahora nos siguen castigando y haciendo creer al mundo que somos unos privilegiados. Dejen de mentir y cambien la ley del IRPF para que podamos disfrutar de nuestras pensiones sin sufrir la voracidad de los sucesivos gobiernos dedicados, como siempre, a exprimirnos al máximo. Las pensiones no se tendrían que considerar como rentas de ningún tipo.

ALCOHOL

Padres negligentes

Rosa Machí

Cáceres

Un sábado por la noche, en las urgencias de un hospital, observas la cantidad de adolescentes que son atendidos por coma etílico. Hace unos meses, una niña de 12 años falleció por esa causa. Todo el mundo lamentó esa muerte, pero nadie tuvo la valentía de decir que los responsables fueron sus padres. Los padres tenemos la obligación de saber en cada momento dónde están nuestros hijos menores de edad, con quién salen, cómo se comportan.... No saberlo o no querer saberlo no nos exime de responsabilidad. Cada atención sanitaria por coma etílico cuesta a la sanidad pública 500 euros que pagamos entre todos, cuando deberían pagarlo los padres. Además, debería de ser delito. Hay miles de niños y adolescentes abandonados a su suerte emborrachándose y manteniendo relaciones sexuales en aras de una libertad mal entendida, mientras los padres pasan de ellos.

Atentados

Miedo e incertidumbre

Chantal Pallarés

Estudiante

El miedo se apodera del mundo. Todos vivimos con miedo. Un colectivo logra infundir miedo a todos los habitantes del planeta. Muchos hablan ya de una posible tercera guerra mundial. ¿Acaso no aprendemos? El mundo es una batalla continua y parece ser que esta no termina. Atentado terrorista. Estas dos palabras son las más usadas en todas las cadenas de televisión a todas horas, como si viviéramos una y otra vez lo mismo. ¿Acaso lo vivimos? Sí. Cuando uno ve las imágenes se pregunta ¿cuándo terminará esto? Posiblemente nunca. La respuesta es incierta. Este colectivo que reina en el mundo del terror es incierto. Vivimos en una etapa de de inquietud constante. Un día le toca a Londres, otro a París, otro a Egipto. El lugar, siempre el menos esperado y, sobre todo, gente inocente: jóvenes, familias rotas y la moral de un territorio por los suelos. Dolor.