TEts inexplicable el bajo perfil informativo que acompaña a la gestión del ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera . No es un ministerio cualquiera. En su quehacer se concentra, más que en ningún otro, la mayor parte de la carga propia de un programa socialista. Eso por un lado.

Por otro, la misma dirección del PSOE acaba de levantar acta de la deficiente política informativa del Gobierno, últimamente centrada casi de modo exclusivo en apagar los fuegos políticos que va atizando el PP como principal partido de la oposición. De forma genérica anunciaba el lunes pasado José Blanco , secretario de Organización del PSOE, que el Gobierno pondrá un mayor empeño a partir de ahora en explicar los logros que está consiguiendo, tanto en materia económica como en política social. O sea, una especie de reclamo al vicepresidente, Pedro Solbes , y al ministro de Trabajo, Jesús Caldera , para que cobren mayor presencia en los medios de comunicación con el quehacer propio de sus respectivos departamentos, y se note que no todo es Estatut , OPA de Gas Natural y bronca educativa. Precisamente por no tener que pronunciarse en esos polémicos asuntos de la temporada, la mayoría de los ministros de Zapatero , no quienes están directamente implicados en esos asuntos claro está, se resisten a ocupar espacios mediáticos y, por tanto, sus respectivas gestiones tienden a pasar inadvertidas.

Es el caso del ministro Caldera, que tiene una cargadísima agenda de asuntos de gran calado social, pero de los que apenas se habla en los medios de información. Y tampoco él, a diferencia de Bono , por ejemplo, dedica mucho tiempo a ver el modo de capitalizar mediáticamente los logros. No me imagino a Caldera, por ejemplo, declarando O subo el 12% la cuantía de las pensiones mínimas, o dimito , cuando en realidad no está corriendo ningún riesgo porque ya tiene la luz verde de Zapatero y Solbes.

En todo caso, como hombre políticamente muy vinculado a Zapatero, lo veo más poniendo la capitalización electoral de ese anuncio a disposición de éste, a fin de reforzar la figura del presidente del Gobierno. Y, de momento, discretamente entregado a la tarea de concertar a empresarios y sindicatos en la batalla del Gobierno contra la precariedad laboral. O de poner en rampa de salida dos proyectos de largo alcance social. Uno, la ley de igualdad (algo más que los permisos de paternidad). Y otro, la ley de dependencia, que viene a ser como el cuarto pilar del Estado del bienestar (además de sanidad, educación y pensiones).

*Periodista