Escritor

Gala vuelve apenas unos meses después de la última vez que nos vino a deleitar sobre el amor. Esta vez es sobre la libertad. El mito. Lo trae Caja de Badajoz, muy preocupada con el "mito de la libertad". Supongo que la perorata de Gala no bajará del medio millón de pesetas, máxime tratándose de una caja de ahorros. Más progresista, la de Extremadura trae a Vicente Aranda y se proyecta la película Libertarias, todo lo contrario del mito de la libertad de Gala, al que le echará varios terrones de azúcar, siendo un acto al que acudirán todas las viudas de Badajoz todavía en edad de merecer, y sobre todo para olvidar el tiempo en que no fueron libres con sus maridos, de cuyos brazos colgaron los suyos, pues como se sabe el hombre pasea siempre del brazo de su viuda. El caso de Libertarias ya se sabe cómo terminó. Todas en fosas comunes, o sea, que ése es el verdadero mito de la libertad. Me imagino el acto de Caja de Badajoz, con su presidente Rojas cada día más cercano a la galleguidad, y a su director general, amante como nadie de ese mito al que aspira de continuo. Por el contrario, Libertarias aspiraba a la libertad sin cajas de ahorros, porque no se puede ser libertaria y después ir con la cartillita. Esa es la grandeza de Caja de Extremadura, que a la cultura no le pone cortapisas.

De los dos actos, me pierdo el de Caja de Badajoz, donde irá a buen seguro el alcalde, gran admirador de Gala. Y sobre todo me imagino a Gala, que de seguir así, Antonio, vente a vivir aquí, que estoy seguro que o bien la caja o el ayuntamiento te buscarán un lugar donde te pongas con el bastón a perorar sobre el mito de la libertad, que en una ciudad como ésta es muy necesario, aunque sólo sea por su pasado inmediato, donde esta libertad fue pateada, pisoteada y matada. Lo que anima de verdad de estos actos es su catarsis, porque estoy seguro que se nublarán más de unos ojos y de dos. Y encima todo en boca de Gala.