WEwl presidente de Bolivia, Evo Morales , ha cumplido una de las principales promesas electorales y ha nacionalizado toda la extracción de hidrocarburos del país. Eso significa que las multinacionales que operan en el país habrán de entregar sus extracciones --sobre todo de gas-- a la empresa pública YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos), que fijará el precio de su distribución. En el fondo es un golpe para la compañías que operan en la zona, una relación que encabeza la española Repsol-YPF y que completan firmas como la francesa Total, la norteamericana Exxon y la brasileña Petrobras. Morales actúa envalentonado por el encuentro que ha tenido en La Habana con Hugo Chávez y Fidel Castro . También necesitaba actuar ante los incipientes movimientos de protesta en las filas de quienes le llevaron al poder. A las compañías afectadas se les da un plazo de seis meses para negociar su adaptación a la nueva ley. Es un pulso que castigará aún más la cotización internacional del crudo, pero que puede reconducirse si hay voluntad de pacto a partir de una obviedad: el país más pobre de Suramérica necesita la tecnología que solo tienen las multinacionales instaladas en su territorio para extraer riqueza del subsuelo.