Quién no escribió un poema, huyendo de la soledad?". Con irreparable sensación de pérdida recuerdo a Mari Trini , muerta en estas fechas y mis Semanas Santas infantiles de Oficios, terciopelo morado, capiruchos, lágrimas de Dolorosa, Ben-Hur, túnica sagrada, ayuno para los mayores y potaje para los pequeños. Los seis hermanos sofocábamos la risa mientras mi abuela en Viernes Santo nos reñía al menor alborozo: "¡Niños, que se ha muerto Dios!". Jugábamos a la Pasión. El mayor era siempre el Nazareno y aunque yo hubiera preferido besarle como Judas o lavarme las manos como Pilatos , siempre me tocaba limpiarle el rostro como Verónica . Llena de nostalgia vivo la hermosísima Semana Santa cacereña, la tradición, la música sacra en la Concatedral y en La Preciosa Sangre, el recogimiento, la fe popular. Asisto emocionada a mi pesar a la Procesión del Amparo y contemplo al Cristo delgadísimo mientras en una esquina suena una saeta. Admiro los pies descalzos del penitente encadenado y el sobrecogedor silencio y me pregunto por el mal en el mundo. En estos días de Pasión, donde una vez más se ha demostrado que valle de lágrimas no es metáfora, cuando el centro de Italia es un nuevo calvario entre escombros, se agiganta el eterno interrogante. ¿Qué sentido tiene tanto dolor? Y a pesar del machadiano "No quiero cantar ni puedo a ese Jesús del madero", no veo fanatismo, ni oscurantismo en los pies descalzos y encadenados del penitente; y sí una enorme y humilde grandeza. Unos prefieren ir de voluntarios a LIAquila. A otros su fe les mueve a la expiación solidaria y callada del sacrificio. La mayoría ensordecidos por el vértigo diario de crisis, filtraciones, líderes mundiales y demás fanfarria olvidamos que quizá haya algo más. Que puede ser esperanzador darle un sentido al dolor humano y creer en alguien que lo cargó en sus hombros. Que tal vez exista el consuelo de la solidaridad en la tristeza y de la resurrección en el recuerdo. El domingo de Pascua cumple pensar que quizá la muerte no es el final. Y que no son sólo palabras.