TEtl Libro Blanco sobre la atención a las personas dependientes que el Ministerio de Trabajo ha elaborado, es la base para la realización de un proyecto de ley que dé cumplimiento al programa de gobierno sobre la protección a las personas dependientes. En el debate político se está discutiendo la necesidad de cuidados de larga duración para personas mayores y discapacitados severos, poniendo el acento en las respuestas del sistema informal de atención y dentro de éste, de la familia, con un peso abrumador sobre las mujeres.

En fechas como el 8 de Marzo, es de justicia situar a las mujeres en un lugar destacable y no dejar a la sombra a las cuidadoras familiares, que han sido las grandes olvidadas del discurso prevalente.

Pero, ¿hasta cuándo seremos las mujeres imprescindibles al sistema de apoyo informal? ¿Cuándo empezaremos a considerar a los hombres elementos indispensables en el cuidado y apoyo de familiares dependientes?

Las iniciativas políticas deben tener en cuenta las necesidades (hoy irresueltas) que la familia tiene para continuar ofreciendo apoyo y atención a sus miembros en situación de dependencia.

Los sistemas de protección social continúan marcados por connotaciones ideológicas sustentadas en modelos familiares que no tienen en cuenta el profundo cambio social que significa la reconstrucción del sistema de género y la consiguiente simetría de roles. El modelo basado en la concepción social asentada en la división sexual del trabajo (varón sustentador, mujer cuidadora, encargada de las tareas asistenciales), no es que esté en crisis sino que las mujeres de generaciones más jóvenes, ya no lo permitimos. En pleno siglo XXI no se puede penalizar a las mujeres con la asunción del rol de provisión de bienestar a los más dependientes del entorno familiar. La disolución progresiva del sistema de género, exige una revolución en la forma de entender las relaciones de pareja, la posición de cada miembro en la familia y también una distribución no-sexista del reparto del trabajo. Conciliar vida familiar, laboral y social, no es un objetivo de las mujeres, debe ser de toda la unidad familiar en la que las responsabilidades familiares y laborales sean compartidas por igual.

En definitiva, el sistema de protección a las personas dependientes que el Gobierno ha anunciado, no puede ni debe encauzar el sistema informal de atención en el género femenino, debe colocar al hombre y a la mujer por igual, no identificando a las mujeres como el recurso humano más valioso de la ayuda informal.

*Diputada del PSOEen la Asamblea de Extremadura