Se celebraba ayer el pleno extraordinario del Congreso que aprobó una orden de protección de las mujeres maltratadas, y en Onda Cero abrieron los micrófonos a los oyentes y por allí entró, en vivo y en directo, la cruel realidad doméstica. "A mi hija le lanzó su marido un cuchillo y fuimos al juez: 30.000 antiguas pesetas de multa y a la calle. Ahora, sigue acosándonos a todos. ¿Qué hago yo? ¿Me cargo a ese tipo antes de que él se cargue a mi hija?", se preguntaba una madre angustiada desde Barcelona. Llamaron luego de Madrid: "Mi marido intentó estrangularme, me produjo una lesión cervical y golpeó a mi hijo: 90 euros y a la calle...". Cerraron los micros ante el alud de dramas que se avecinaba.

En la SER analizaron la cuestión con mayor frialdad y escepticismo. Miguel Angel Oliver abrió la caja de las dudas: "No sé qué pasa en este país que cada vez que se aprueba un marco normativo sobre algo hay una sensación de que no vamos a poder ponerlo en marcha; en este caso creemos que faltarán policías, que los jueces se resistirán, que no habrá presupuestos..." Convinieron con él Fernando Fernández y Eduardo Sotillos, para quienes la violencia doméstica es una cuestión cultural: "Debemos aplicar la tolerancia cero en nuestra vida cotidiana, basta de chistes en los que se justifica la agresión a la mujer", dijo Fernández. Y añadió Sotillos: "Basta de programas televisivos de ocio en los que, como ocurrió hace poco, la esposa de un famoso exhibía las heridas que éste le había producido, y eso se convertía en un gran show del mundo rosa, cuando es un mundo negro". Negrísimo.