El Pacto Local, firmado el pasado viernes por el presidente de la Junta y por el de la Federación Extremeña de Municipios y Provincias, Fempex, supone el mayor proceso de cesión de competencias de la Administración regional a los Ayuntamientos. Un pacto que entronca con el espíritu y la letra del Estatuto pendiente de que las Cortes aprueben su reforma y, sobre todo, con las más arraigadas aspiraciones de las corporaciones locales, las cuales llevan años atendiendo a obligaciones tan importantes como la asistencia a dependientes, la defensa de los consumidores o la gestión de infraestructuras culturales y deportivas sin que ninguna administración, ni siquiera la que le correspondiera atenderlas, derivabase los fondos suficientes para su sostén. El Pacto Local es, por tanto, una cesión de competencias políticas y también, puesto que se elaborará una ley que lo consagre, una cesión de recursos. Y también, como se encargó Fernández Vara de destacar, una cesión de responsabilidades hacia los municipios que debería traducirse en una mejora de los servicios cedidos, puesto que ahora ya no tendría que haber excusas para dejar de atenderlos, como ha ocurrido en los últimos meses con la atención a domicilio en algunas localidades de la región.

El Pacto tiene que pasar ahora el trámite parlamentario, del que se espera que no haya modificaciones de fondo. Una de las virtudes del mismo es que es apoyado por todos los partidos con representación en la Fempex. La discusión en la Asamblea no tendría por qué suponer cambios a posteriori de la firma que pusieran en entredicho la unanimidad lograda.